Edificio organizado alrededor de un patio longitudinal abierto en sus extremos en torno al que giran todos los recorridos
Galería
Descripción
| El edificio busca un difícil equilibrio entre lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público, lo íntimo y lo compartido. Ocupa un solar muy céntrico, fácil de integrar en la dinámica urbana; al fondo, recupera la tranquilidad de los interiores de manzana, a la vez que permite disfrutar de interesantes panoramas sobre la parte antigua del pueblo. Se organiza alrededor de un gran patio longitudinal, cubierto y abierto en sus extremos. Este espacio común, ajardinado y acristalado, en torno al que giran todos los recorridos, vincula visual y funcionalmente el interior del edificio tanto con la calle como con las vistas sobre el casco urbano. Las grandes vidrieras de la fachada permiten el contacto de todas las plantas con la vida diaria de las calles, mientras que, al fondo, el volumen de la iglesia parroquial y su torre cierran la perspectiva, uniendo simbólicamente el nuevo edificio con los significados más profundos de la población. El patio se cubre con una banda ligera y ondulante, con cierto sabor a calle entoldada, que controla el soleamiento y potencia la luminosidad de los extremos. Sus fachadas laterales, diáfanas en planta baja, se hacen más opacas en los pisos superiores, semiocultando la vida privada que se desarrolla en torno a las habitaciones y pasillos, protegidos de las vistas y moderadamente iluminados. La vida vecinal estará presente en la residencia a través de su fachada, abierta y transparente; los residentes disfrutarán de los viandantes, los sucesos, las procesiones; la animación callejera podrá penetrar en el edificio y ocupar el patio y su entorno, mientras la privacidad y tranquilidad prevalecerán inviolables en la intimidad de las plantas superiores. |